Relegada durante mucho tiempo a un lugar secundario en los programas de los sistemas educativos nacionales, la historia de América Latina ha recibido en los últimos años una atención creciente. Los procesos de integración regional, ciertas iniciativas oficiales y, sobre todo, la exigencia de mayor adecuación entre los contenidos curriculares y la formación de las futuras cohortes de ciudadanos y ciudadanas han estimulado la profundización de los conocimientos sobre nuestra historia común. Han surgido así nuevas cuestiones relativas a la enseñanza de la disciplina y a su propia constitución como objeto de estudio. El largo proceso histórico-cultural que dio origen a una América Latina, distinta de la anglosajona, no tuvo como resultado un subcontinente homogéneo y unificado; por el contrario, son sus características la fragmentación geográfica, las disparidades regionales y los diferentes ritmos en el cambio histórico de sus sociedades. ¿Qué define entonces la unidad de América Latina como tema de investigación? ¿De quiénes hablamos cuando enseñamos historia de América Latina? Detrás del sujeto latinoamericano hay otros tantos de carne y hueso: indígenas, mestizos, negros, blancos, mulatos, pobres, migrantes... ¿Qué voz tienen en la historia? ¿Qué reconocimiento? La tarea de enfocar en el aula la diversidad latinoamericana es sin duda compleja. El presente libro acepta el desafío y brinda una valiosa propuesta para la formulación de los contenidos y la elaboración de herramientas didácticas apropiadas. "Una introducción a la enseñanza de la historia latinoamericana" es una obra clave para la historiografía latinoamericana y sus reflexiones convocan a un público lector más amplio que el de los especialistas de la enseñanza de la materia.