En la obra de Gustavo López Armentía la relación conflictiva con la realidad es fundamental, porque sus pinturas y esculturas nos muestran una interpretación del mundo que no se complace con lo que sucede, que lo reconoce sin negarlo nunca, que lo enfrenta y lo delata. No hay una aceptación del status quo, sino una expresión de las cosas vistas desde otro lado. La dimensión atinente a la situación del hombre en su entorno y la dimensión atinente a la creación artística se unificarán bajo la forma de un profundo humanismo. Humanismo de quien se conmueve y conduele de sí mismo y de los demás, poniendo especial énfasis en las profundidades del alma y en las problemáticas de la sociedad.