Actualmente 1200 millones de personas son jóvenes. Esto implica la mayor generación de adolescentes y jóvenes de la historia. La mayoría habita en países subdesarrollados o condicionados por dificultades sociales, económicas y culturales. Las numerosas manifestaciones en el mundo de los jóvenes señalan la necesidad de una conciencia global de los problemas y reclaman el desarrollo de un ser humano integrado al mundo y no enfrentado a él. Nuestros conocimientos aumentan y nos permiten ver cosas que ni siquiera antes imaginábamos. Pero, al aumentar, también se plantean nuevas preguntas. En principio este no es un libro de respuestas. Todo lo contrario: se trata de que el mundo llegue a la escuela para formularle preguntas, se trata de poner en cuestión nuestra manera de construir el conocimiento. Para educarnos en un sentido ecológico o bien para el desarrollo de la paz necesitamos aprender a establecer nuevos puentes con otros saberes. Si bien nuestra mente está abierta a la trama compleja del mundo, todavía construimos nuestra realidad a partir de recortes de ella. Una educación expansiva es multidireccional y favorece una enseñanza cosmopolita, de horizontes y contenidos abiertos e inacabados. Este libro es también un agradecimiento a los miles de jóvenes que diariamente ponen en acción sus ideales para hacer de este mundo un lugar más digno para los demás. No hay otro procedimiento para conocer el corazón humano que el estudio de la historia unido a la experiencia de la vida. Tenemos la obligación de dar ese alimento al espíritu de los adolescentes y de los hombres. Pero es necesario que sea un alimento de verdad. Es necesario no solo que los hechos sean exactos tanto como pueda comprobárselos, sino que se muestren en su verdadera perspectiva con respecto al bien y al mal. Simone Weil