El deber del historiador, como se expone en esta obra compilada por D. J. Boorstin -uno de los historiadores más leídos y eminentes de su país-, es ayudarnos a distinguir entre la verdadera voz del pasado y los ecos de esa voz en nosotros. De esta manera, los historiadores seleccionados se esfuerzan por hacernos testigos de ciertas transformaciones, permitiéndonos percibir la ironía, la aventura y el drama contenidos en los documentos referidos al pasado estadounidense, dignos e importantes, pero en algún sentido también rígidos e impersonales. Es por eso que Boorstin reúne la labor de 83 historiadores en un libro cuya estructura peculiar tiene ciertas ventajas y refresca la memoria sobre algunos acontecimientos de los Estados Unidos. El lector encontrará aquí "la perceptible vibración del diapasón estadounidense, el sonido de las disonancias que compone nuestra tradición", porque casi todos los textos fueron motivados por circunstancias personales, políticas y sociales únicas.