Insoslayable desde su aparición, la lectura sistemática y pormenorizada de Ana María Zubieta selló con inusitado rigor los tanteos estereotipados que la crítica anterior había ensayado sobre el mundo novelístico de Arlt. Los frecuentados tópicos de la relación con Dostoievski, con el grupo de Boedo, con el grotesco y el folletín se iluminan desde los diseños que forman la lógica textual, de tal modo que el conjunto novelístico adquiere una intelección insospechada. El discurso narrativo arltiano trasciende el marco teórico que lo anima y forja nuevas categorías de análisis siempre a partir de su objeto. En consonancia y en contraste permanente con sus condiciones de producción, la novelística de Arlt se muestra así en toda su fuerza disruptiva, en su radical heterogeneidad.