La Fundación CIESO Delegación Buenos Aires tiene la satisfacción de presentar un nuevo libro, producto del esfuerzo puesto de manifiesto durante los dos últimos años. Otra vez, le ofrecemos al lector la posibilidad de acceder a trabajos inéditos de diversas regiones del país y de gran valor práctico y teórico que demuestran el compromiso de nuestra Fundación con la promoción de expresiones maduras de la economía social y de nuevas voces que exhiben sus puntos de vista sobre relevantes empresas del cooperativismo y el mutualismo, como así también sobre iniciativas solidarias recientes, con impronta innovadora. El cuerpo principal de este libro está integrado por cuatro ensayos, dos ganadores del 2do. Certamen de Trabajos en Economía Social y Desarrollo Local, convocado por CIESO, a fines del 2009 y otros dos invitados a publicar por la riqueza de los casos escogidos para el análisis; FECOVITA Lda. Y Cooperativa Obrera de Bahía Blanca. Se ha seleccionado también para publicar un análisis crítico del llamado Plan Manos a la Obra, a cargo de la Lic. Eugenia Jáuregui y del Dr. Mario César Elgue, que abordan lo atinente a la incubación por parte de cooperativas ya consolidadas. A su vez, Miguel Olaviaga y Daniel Azcona realizan un enjundioso ensayo sobre La praxis mutualista y Gustavo Bertolini hace un racconto exhaustivo de las políticas públicas necesarias para la economía social, como así también evalúa críticamente el Plan Argentina Trabaja. Como afirma su compilador, este libro constituye una valiosa aproximación a otra forma de organizar y pensar los fenómenos socioeconómicos. Y esto es así porque la economía social coexiste en diversos sistemas y regímenes. En esta dirección, su institucionalidad oscila en función de los escenarios y de los proyectos que cada país o región ponen en marcha: en el cauce estrecho de una economía neoliberal hegemónica, a la economía social se le suele reservar el rol de simple paliativo; ante un intervencionismo público neo-keynesiano, la economía social puede ser un componente para pasar de la asistencia tradicional a la promoción. Y, si se trata de un replanteo profundo, centrado en los intereses nacionales y populares y en la preeminencia de los grupos más desprotegidos, la economía social puede ser un ingrediente diferenciador de la interacción entre lo económico, lo social y la democracia participativa, en el marco de una economía mixta o plural.